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Caos y guerra imperialistas

Abdesselam Adib, activista sindical de Marruecos, Contribución al webinario del Frente Unido el 30.7.2023

 

¡Nota importante de la Oficina de la ICOR! Esto es sólo una traducción automatizada del puesto. La versión árabe es la original. Si quieres ayudarnos y mejorar esta traducción, estaremos encantados. Si lo desea, puede figurar como traductor en la página de inicio. Envíenos la traducción mejorada a nuestra dirección de correo electrónico coordinationint@yahoo.co.uk.

 

Caos y guerra imperialistas
Abdesselam Adib
Activista sindical de Marruecos
Esta introducción se centrará en los rasgos más importantes de la situación política, económica y social mundial, a la luz de la acumulación del caos imperialista y la guerra, en términos de sus causas, interacciones internas y repercusiones globales. Se limita únicamente a los rasgos principales de estos fenómenos, dejando al debate la tarea de detallarlos.


En primer lugar: La acumulación del caos político imperialista
Las acumulaciones más importantes del caos político imperialista pueden concentrarse en las siguientes:
1- Con la caída del Muro de Berlín y de la Unión Soviética en 1989 y 1991, EEUU y la OTAN se concentraron en contener a la Federación Rusa y al grupo de países dependientes e intentar integrarlos en la alianza.
2- La Federación Rusa, especialmente tras la llegada al poder de Vladimir Putin en 2000, intentó recuperar parte de la fuerza de la antigua Unión Soviética, expandirse hacia las cálidas aguas del Mar Negro y mantener la dependencia de Ucrania.
3- Estados Unidos ha seguido asediando a la Federación Rusa y empujándola cada vez más hacia el este, en particular para impedir que alcance las aguas cálidas del Mediterráneo. Trabajó con sus herramientas de inteligencia para apoyar la Revolución Naranja en Ucrania con el fin de derrocar el régimen afiliado a Rusia. Su objetivo es provocar una ruptura definitiva entre la Unión Europea y la Federación Rusa, lo que han conseguido empujando a Rusia a invadir Ucrania el 24 de febrero de 2022.
4 - Desde que China ingresó en la Organización Mundial del Comercio en 2001, se ha convertido en la principal fuente de fabricación y comercialización de las cadenas de producción mundiales, estableciendo "rutas de la seda" con distintos continentes, lo que ha reforzado su posición como nueva potencia económica e imperial. Pero el enorme crecimiento económico de China se ha convertido en motivo de preocupación para Estados Unidos y sus aliados occidentales, lo que ha provocado el asedio y acoso de sus aspiraciones de engullir a Taiwán, así como numerosas sanciones que se le han impuesto por motivos a veces triviales, como acusarla de imitar sus industrias y robar sus tecnologías.
5 - Entre las razones por las que Estados Unidos ha tratado de socavar las relaciones entre la Unión Europea y la Federación Rusa se encuentra la disponibilidad por parte de esta última de enormes fuentes de recursos primarios y energía, que han sido suministrados a bajo coste a Europa, en particular a la industria alemana. Por ello, consideraron que la desvinculación entre Rusia y la Unión Europea haría a esta última completamente dependiente de la compra de sus necesidades energéticas a las industrias de los Estados Unidos de América. Esto es lo que ahora han conseguido.
6- La competencia imperialista por los recursos primarios y energéticos de África ha sido fuente de pobreza para sus pueblos y causa de su inestabilidad política y social. En la actualidad, África vive una competencia brutal y creciente entre las potencias occidentales, por un lado, y China y Rusia, por otro, que ha vuelto a poner a los pueblos del continente bajo la amenaza de golpes de Estado, disturbios políticos y guerras civiles. El reciente levantamiento de los países del Sahel contra el imperialismo francés y su recurso a la ayuda de las fuerzas rusas de Wagner para proteger su independencia en Malí, Burkina Faso, la República Centroafricana y, por último, Níger, impulsaría a Francia a lanzar una guerra imperialista en la región para restaurar su influencia. La guerra de Ucrania se ha convertido en una prolongación de la lucha por las riquezas de África entre Occidente y Rusia.
7- El ascenso económico de los países BRICS, formados por Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica, ha supuesto un nuevo desafío imperial para las potencias occidentales. El grupo BRICS ha alcanzado niveles de crecimiento económico que superan los logrados por el Grupo de los Siete. Los países BRICS también han anunciado recientemente su intención de desvincularse del dólar y vincular su nueva moneda al oro.
8- El acercamiento chino-ruso y de los Estados del Golfo también ha propiciado la exitosa mediación de China en la reconciliación entre los Estados del Golfo, por un lado, e Irán, por otro, lo que ha confundido los cálculos de Israel y Estados Unidos de América respecto al bloqueo de las pruebas nucleares iraníes. Este nuevo bloque pretende desmarcarse de la hegemonía estadounidense y acercarse al grupo BRICS, que amenaza la hegemonía imperialista estadounidense en el mundo.


Segundo: el caos de las crisis económicas mundiales
1- Desde los años 70, el mundo capitalista vive a la sombra de una crisis económica estructural crónica, reflejada en la crisis de estanflación, debida al excedente de producción y a la composición orgánica del capital, que conduce a un deterioro de la tasa de ganancia. El objetivo principal de todas las políticas económicas y sociales adoptadas por los imperialistas es intentar sortear esta crisis, que amenaza al sistema capitalista en su conjunto. En este contexto, se han adoptado políticas de globalización de la producción y la comercialización y diversos mecanismos neoliberales para garantizar cadenas de producción mundiales explotando la mano de obra barata de los países del Sur. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial monopolizan las herramientas para imponer estas políticas a escala mundial, en particular mediante la imposición de políticas de ajuste estructural.
2- Las crisis cíclicas sucesivas desde los años 90 han demostrado el fracaso total de las políticas neoliberales y de la globalización económica frente a la crisis crónica de la estanflación. Los excesos de producción se acumulan y el deterioro de la tasa de beneficio se agrava, alcanzando el tipo de interés un máximo negativo en 2018. Varias economías viven también en una espiral de endeudamiento excesivo e impresión de dinero sin crecimiento real, lo que se ha calificado de economía zombi. El espectro de una crisis capitalista general que se cierne en el horizonte puede superar en su violencia a la crisis de 1929.
3- La crisis de Covid-19, las medidas excepcionales de cierre en 2020 y la guerra de Ucrania en 2022 han provocado una nueva sacudida a la economía capitalista, aunque no han conducido a una destrucción suficiente del excedente de producción. La deuda, la impresión de dinero, la carrera armamentística mundial, la escalada de las tensiones imperialistas y el deseo de hacer frente a sus propias crisis... cada imperialista se propone resolver sus crisis a expensas de los demás, recordándonos las condiciones que precedieron a la Primera y Segunda Guerras Mundiales.
4- Las diversas políticas de gestión de crisis aplicadas desde los años 90 hasta hoy sólo han allanado el camino a crisis mayores y peores. Hoy en día, los bancos centrales intentan hacer frente a la inflación subiendo los tipos de interés, y este continuo aumento está provocando una recesión, mientras que la propia recesión es una fuente de crisis financiera, que requiere una nueva inyección de liquidez, y por tanto más deuda, que se ha convertido en astronómica y es un factor más de inflación. El caos de la crisis del capitalismo se ha convertido en un círculo vicioso.
5- A la luz de la guerra en Ucrania, la mayoría de las economías capitalistas se han vuelto hacia la economía de guerra. El imperialismo norteamericano obliga a los países occidentales a enviar sus armas a Ucrania, donde serán destruidas, de ahí la necesidad de hacer pedidos directos para la compra de nuevas armas de destrucción avanzada, lo que a su vez reaviva las industrias armamentísticas imperialistas consideradas económicamente improductivas y estériles.
6 - La destrucción por la guerra de edificios, infraestructuras, tecnologías y otros recursos supone un gran despilfarro de energía y medios de producción. Como consecuencia, la reconstrucción de estas instalaciones provocará más emisiones de carbono. El uso imprudente de armas altamente destructivas conduce a la contaminación del suelo, el agua y el aire, con la amenaza constante de que toda la región pueda volver a convertirse en una fuente de radiación atómica, ya sea como resultado del bombardeo de centrales nucleares o del uso deliberado de
armas nucleares. La guerra también tiene un impacto medioambiental global, que dificulta la consecución de los objetivos de reducción de emisiones.


Tercero: el caos de los conflictos políticos entre la superestructura y la infraestructura
1- La escala creciente del caos imperial y la dificultad de encontrar soluciones para detener el deslizamiento hacia la crisis general del capitalismo se ven alimentadas por las tendencias derechistas de los gobiernos de muchos países, que perpetúan las divisiones políticas entre las diferentes facciones burguesas. El asalto al edificio del Capitolio el 6 de enero de 2020 reveló el alcance de la división política dentro de la sociedad estadounidense. . Esto también ocurrió en las elecciones brasileñas, en cuanto a la división política entre los partidarios de Lula y Bolsonaro. También han surgido diferencias entre facciones políticas enfrentadas dentro de la sociedad rusa, y ha surgido una creciente oposición a las políticas de Putin, en particular por parte de grupos ultranacionalistas, mientras Putin intenta hacer frente a la presión de la derecha amenazando constantemente con intensificar la guerra con Occidente. En China, las divisiones en el seno de la burguesía china también son cada vez más evidentes, sobre todo entre la facción pro-Xi Jinping, partidaria de reforzar el control del Estado central sobre el conjunto de la economía, y los competidores más ligados al potencial de desarrollo del capital privado y extranjero.
2- Estas contradicciones no impiden a la clase burguesa dominante hacer recaer los efectos de la crisis sobre los hombros de la clase obrera, ni le impiden hacer frente a la creciente lucha de clases. Incluso cuando la burguesía es incapaz de controlar sus propias divisiones internas, la clase obrera siempre corre el peligro de verse arrastrada a las facciones rivales de su enemigo de clase.
3 - Frente a la sobreexcitación de la crisis económica mundial, la clase obrera ha comenzado a desarrollar su conciencia de clase y sus formas de enfrentarse al inevitable deterioro de sus condiciones de vida, y espera cada vez más trabajar en un movimiento internacional unificado. He aquí el dinamismo de la organización ICOR y del frente único contra el imperialismo y el fascismo, como una de las introducciones a la construcción de herramientas de autodefensa para el proletariado local y mundial. En el marco de estas dos organizaciones, las luchas políticas y económicas libradas por los partidos y organizaciones revolucionarios pueden constituir un perfeccionamiento y fusión de la conciencia de clase local y mundial, tal como el camarada Lenin lo reclamó valientemente en 1902 en el seno del Partido Socialdemócrata Ruso en su "¿Qué hacer?".
4- Las luchas proletarias que han surgido en Gran Bretaña desde el verano de 2022 confirman la voluntad del proletariado en todas partes de enfrentarse a las desastrosas políticas burguesas. El movimiento obrero en Francia, frente al ataque del gobierno francés a las pensiones, también ha expresado la continuación de la voluntad de lucha continua, en particular después del movimiento de los Chalecos Amarillos. Estos son sólo ejemplos de la lucha de clases que comienza a florecer entre los proletarios de muchos países.
5. Ante el calvario de la guerra, no cabía esperar una respuesta directa de la clase obrera contra ella. La evidencia histórica confirma que la clase obrera no actúa eficazmente contra la guerra, pero sí contra sus efectos desastrosos en su vida cotidiana. En consecuencia, una de las tareas urgentes de las organizaciones revolucionarias es desarrollar una conciencia y una resistencia abierta a los crecientes ataques del capital a la luz de la guerra actual. Durante las guerras, la burguesía utiliza todos los métodos ideológicos para hacer recaer el peso de la crisis sobre los hombros de la clase obrera. La insistencia de las organizaciones revolucionarias en combinar el retorno de la lucha obrera con el agravamiento de la crisis económica mundial cambiaría objetivamente los fundamentos de la lucha de clases a nivel local y mundial.

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