Sobre la construcción del Frente Unido Internacional Antiimperialista y Antifascista

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Hoy en día la situación internacional está marcada por la crisis irreversible del imperialismo mundial, por un lado, y como su manifestación, la ofensiva sin cuartel por parte de las clases dominantes en todas partes para trasladar la carga de la crisis imperialista a los hombros de la clase obrera y los oprimidos a nivel mundial. La tendencia general hacia el neofascismo debe verse en este contexto. A pesar de que la tasa de crecimiento económico mundial está disminuyendo, el número de multimillonarios globales y la concentración de riqueza con ellos han alcanzado niveles espeluznantes. Como corolario de esto, la superexplotación de la clase trabajadora y el saqueo corporativo de la naturaleza, junto con la desigualdad, el desempleo, la pobreza y la crisis ecológica, se han convertido en algo sin precedentes. La agudización de las contradicciones interimperialistas es también el resultado de esta crisis político-económica imperialista general.

La prolongada guerra que inició el ataque de la Rusia imperialista contra Ucrania ha asumido ahora el carácter de una guerra interimperialista entre Rusia, por un lado, y la OTAN dirigida por Estados Unidos, por otro, en la que Ucrania se ha convertido en un apoderado. Sin embargo, al tiempo que facilita más flujos de riqueza a las arcas de los principales fabricantes de armas del mundo, ha sido otra oportunidad para el neofascismo corporativo en crisis respaldado por ideologías xenófobas, fundamentalistas religiosas, raciales y oscurantistas para trasladar la carga de la crisis de acumulación a los hombros de los trabajadores y oprimidos del mundo, a través del aumento de los precios del combustible, los alimentos y otros artículos esenciales para el sustento.

La agudización de las contradicciones interimperialistas entre EE.UU. y sus aliados, por un lado, y China y Rusia, por el otro, después de la guerra de Ucrania, ha añadido nuevas dimensiones a las tensiones geopolíticas que conducen a un mayor enfoque de EE.UU. en Asia-Pacífico dirigido contra China, a través de la formación de AUKUS, la creciente atención de EE.UU. sobre Taiwán, seguida de los ejercicios militares de China que rodean Taiwán y el aumento de las tensiones sino-estadounidenses. Mientras EE.UU. extiende sus tentáculos hacia Oriente, China, a través de su BRI y junto con sus aliados, en particular Rusia, avanza hacia Occidente invadiendo esferas en África y América Latina antes monopolizadas por EE.UU. y sus aliados, dando lugar a una "nueva guerra fría".

Mientras tanto, en los últimos tiempos, América Latina ha sido testigo del ascenso de una "segunda marea rosa" marcada por el avance de los movimientos de izquierda y progresistas en muchos países. Este cambio político progresista en América Latina se ha atribuido principalmente al descontento y la resistencia latentes de la población contra la mala gestión de Covid y el consiguiente agravamiento de la crisis económica a causa de las políticas neoliberales respaldadas por el FMI y el Banco Mundial, la corrupción, la pobreza extrema, el desempleo y la devastación ecológica en toda América Latina durante los dos últimos años.

En Oriente Medio, ante el avance de China y la tendencia al declive del imperio del dólar y el consiguiente impacto en el petrodólar, el imperialismo estadounidense está planeando una reconfiguración de la geopolítica allí. Esto se manifestó en los Acuerdos de Abraham firmados en diciembre de 2020 que pretendían normalizar las relaciones entre el Israel sionista y una agrupación de países árabes encabezada por los EAU y otros acontecimientos. Al amparo de ello, aumentan los ataques sionistas contra Palestina y las violaciones de derechos humanos. A pesar del avance de las luchas populares en Irán, el régimen fundamentalista religioso neofascista iraní continúa con su represión. Del mismo modo, aumenta el ataque neofascista turco contra Rojava y contra el pueblo del Kurdistán iraquí.

En la misma línea, las fuerzas neonazis están a la ofensiva en muchos países europeos. Es bien conocido el colapso económico sin precedentes y la crisis sociopolítica de Sri Lanka como consecuencia de su deuda con la China imperialista y las instituciones neocoloniales occidentales, la maniobra de las clases dirigentes neofascistas para gestionar la situación apoyándose en la ideología del budismo, etc. En el caso de la India, el RSS, la mayor y más antigua organización fascista, utilizando su herramienta política, el BJP, ha establecido un régimen neofascista dirigido contra las minorías religiosas y los oprimidos dalits.

Como es obvio, mientras los pueblos explotados y oprimidos se levantan de diferentes formas en muchas partes del mundo contra el sistema dominante, a falta de partidos comunistas capaces de dirigir estas luchas y movimientos, las clases dominantes de los países neocolonialmente dependientes y sus amos imperialistas desvían la furia popular hacia canales seguros.

Como el PCI (ML) Estrella Roja ha señalado en su Resolución Política adoptada en el recién concluido 12º Congreso del Partido, mientras que la situación internacional objetiva es favorable para la transformación revolucionaria, el factor subjetivo esencial para el cambio social es débil. Lo que se necesita hoy es una acción coordinada entre los partidos comunistas y las organizaciones revolucionarias contra el imperialismo y el neofascismo. Para ser precisos, como la esencia reaccionaria del imperialismo es cada vez más catastrófica, se ha convertido en una necesidad urgente un movimiento antiimperialista mundial que pueda desafiar eficazmente la amenaza de agresión, resistir a la corporativización y fascistización y a todas las formas de reacción y avanzar hacia la democracia y el socialismo.

Por lo tanto, ya es hora de que la ICOR asuma la tarea de construir un Frente Unido Antiimperialista y Antifascista a nivel internacional. Al asumir esta tarea, la claridad ideológica sobre el imperialismo y la corporativización neoliberal tanto a nivel mundial como en las condiciones concretas de los países particulares es también de suma importancia. Este debate ideológico-teórico en la ICOR y entre las fuerzas marxista-leninistas en general para llegar a una claridad sobre la comprensión básica del imperialismo actual y las cuestiones relacionadas, fortalecerá sin duda nuestro trabajo práctico.