MLPD - Líneas básicas del posicionamiento sobre la lucha de liberación palestina para la ICOR

MLPD - Líneas básicas del posicionamiento sobre la lucha de liberación palestina para la ICOR¹

1. El MLPD se solidariza plenamente con el pueblo palestino en la lucha por su liberación social y nacional. Desde su fundación, el MLPD ha hecho realidad esta solidaridad en palabras y hechos. Las difamaciones asquerosas como "antisemitas" o los ataques abiertos por parte del Estado alemán hasta los grupos influidos por el sionismo como los "anti-alemanes" nunca podrán dañar esta solidaridad.

2. La política del Estado sionista e imperialista de Israel es antihumana. Millones de palestinos han sido expulsados de su país y viven en el extranjero. Violando el derecho internacional público, el Estado israelí ocupa Cisjordania, incluidos Jerusalén Oriental y la Franja de Gaza (así como los Altos del Golán). Expropia y expulsa brutalmente a la población palestina de sus tierras, destruye la naturaleza y priva a la gente de sus bases de vida y de trabajo. Los representantes líderes son asesinados deliberadamente, sin tener en cuenta las numerosas víctimas civiles.

Cisjordania está fragmentada por asentamientos israelíes, muros y carreteras, y las tierras fértiles y ricas en agua están anexionadas ilegalmente a territorio israelí. Decenas de miles de trabajadores de los territorios palestinos se ven obligados a trabajar en condiciones miserables en Israel. Se produce una catástrofe humanitaria en la Franja de Gaza. 211 resoluciones de la ONU entre 1967 y 2020 que condenan la política de anexión de Israel como una violación del derecho internacional público han sido ignoradas por todos los gobiernos de Israel.

3. Entre las masas palestinas está vivo el anhelo y la lucha justificada por la liberación nacional y social. Una y otra vez se produce un auge de las luchas hasta llegar a insurreciones y luchas armadas. El Estado de Israel los reprime mediante el terror estatal y la violencia brutal.

4. Israel es un país imperialista que ha ampliado considerablemente su papel independiente en los últimos años (décadas). El imperialismo estadounidense, junto con los círculos sionistas reaccionarios, ve a Israel como su bastión reaccionario en Oriente Cercano. Apoyándose principalmente en su sofisticado ejército, su servicio de inteligencia altamente armado y pronunciadas estructuras monopolistas de Estado, Israel es una potencia regional imperialista² y aspira a un papel de liderazgo regional en la lucha contra el Irán neoimperialista. Israel tiene 13 monopolios entre los 2000 más grandes del mundo; su ejército es la fuerza militar más contundente de Oriente Cercano. Israel tiene el mayor presupuesto de defensa per cápita del mundo y es uno de los 10 mayores exportadores de armas del mundo. Se está buscando una nueva alianza militar contra Irán (MEAD) en la región bajo el liderazgo de los EE.UU. Unidos y con Israel.

5. El marxismo-leninismo y sus representantes líderes siempre se han opuesto fundamentalmente al antisemitismo, empezando por Carlos Marx y Federico Engels y el discurso de fondo de August Bebel en el 3^er Congreso de la entonces socialdemocracia todavía revolucionaria.³ Atacamos decididamente la demagogia anticomunista que califica de "antisemitismo de izquierda" la crítica justa a la política reaccionaria del gobierno israelí. Nos oponemos claramente a la ideología reaccionaria del sionismo, que los círculos reaccionarios dominantes en Israel utilizan como base ideológica para justificar sus políticas imperialistas y el trato inhumano a los palestinos. El sionismo ha sido condenado con razón por la ONU como una forma del racismo y de la discriminación racial.⁴

6. Apoyamos la posición de la entonces Unión Soviética socialista bajo Stalin sobre la fundación del Estado de Israel, que fue tomada después del Holocausto por el fascismo alemán de Hitler. Fue el único país que en aquella época aplicó una ejemplar política exterior socialista con espíritu de amistad entre los pueblos en una situación sumamente complicada. Así, el entonces ministro de asuntos exteriores Gromyko dijo ante la ONU: "No se puede negar este derecho (a su propio Estado) al pueblo judío, teniendo en cuenta todo lo que sufrió en el transcurso de la Segunda Guerra Mundial. (... ) Ni la historia pasada ni las condiciones actuales de Palestina pueden justificar una solución unilateral de la cuestión palestina, sea en el sentido de fundar un Estado árabe independiente sin tener en cuenta los derechos legítimos del pueblo judío, sea en el sentido de fundar un Estado judío independiente sin tener en cuenta los derechos legítimos de la población árabe".⁵ Tras el fracaso de un Estado conjunto judío-árabe, se decidió en 1947 dividir el territorio del antiguo mandato británico en Israel y Palestina. En esta situación la entonces Unión Soviética socialista apoyó esta decisión y fue la primera en reconocer al Estado de Israel, lo cual fue correcto.

7. "¡Proletarios de todos los países, uníos!" y "¡Proletarios de todos los países y oprimidos, uníos!" – esta es nuestra directriz fundamental también para la solución de la cuestión Palestina.

"¡Proletarios de todos los países, uníos!" se aplica también a la clase obrera judía y árabe y a las masas de Israel. También en Israel existe lucha de clases y movimientos de huelga sindicales, así como partidos palestino-árabes con reivindicaciones, iniciativas y movimientos justificadas que luchan por la paz justa, los derechos de los palestinos, contra la confiscación de casas, la construcción de asentamientos o la ley racista sobre las nacionalidades. Por supuesto, décadas de influencia y difamación sionista sistemática han dejado sus huellas en la clase obrera y en las masas israelíes. Aquí, el principio rector del movimiento obrero desde Marx y Engels debe arraigarse mediante un paciente trabajo de convencimiento y de alianza: "Un pueblo que oprime a otros no puede ser libre".

8. Esta vía de lucha por la liberación nacional y social del pueblo palestino en interacción con la lucha de clases y la lucha por el socialismo en Israel, en conexión con el frente único antiimperialista y antifascista es seguramente el camino laborioso pero el único hacia el futuro. Criticamos de manera principista la abierta traición de los dirigentes de la OLP a los intereses de los palestinos con los Acuerdos de Oslo y en la llamada Cumbre de Camp David en julio de 2000, en la que la delegación palestina aceptó la ocupación de Israel y declaró su disposición a renunciar al 78 % del territorio previsto en el Plan de Partición de la ONU de 1947, y al derecho de retorno de los palestinos expulsados.

Del mismo modo, hay diferentes intereses entre los palestinos. Por lo tanto, es un camino fundamentalmente equivocado, por decepción o escepticismo en los trabajadores y las masas de Israel o a causa de influencias nacionalistas y reaccionarias, poner la nacionalidad palestina por encima de los intereses de clase, colaborar con fuerzas reaccionarias, fascistoides o fascistas como Hamás y la organización "Jihad", o incluso (directa o indirectamente) con la dictadura imperialista y fascista de Irán, o considerar a ellos como aliados. ¡Los revolucionarios deben partir siempre del punto de vista de clase proletaria.

9. Reconocemos el derecho a la existencia del Estado de Israel. Criticamos toda forma de antisemitismo y anticomunismo, incluso por parte de los círculos árabes pequeñoburgueses/burgueses, los trotskistas y partes de la izquierda pequeñoburguesa, que se expresa en forma de crítica a la política exterior de Stalin sobre la cuestión palestina. Esto no significa de ninguna manera reconocer las políticas fascistoides del Estado imperialista israelí o incluso la ocupación israelí.

10. El MLPD ve la perspectiva para los pueblos israelí y palestino en un Estado democrático común en el que prevalezcan la igualdad de derechos, el respeto mutuo y la confianza, sin discriminación. En última instancia y con toda consecuencia, esto sólo puede ser un Estado socialista hoy en día. Como posible paso intermedio y etapa de transición, aunque claramente más difícil, abogamos por la "solución de dos Estados" con la devolución de los territorios ocupados por Israel. Una solución democrática de dos Estados como etapa de transición sólo puede lograrse en la lucha por la liberación nacional y social del pueblo palestino basada en la solidaridad de la clase obrera israelí y la solidaridad internacional. Esto no significa todavía una solución fundamental del problema, pero mejora la base de la lucha común de los trabajadores y las masas populares de Israel y Palestina en su camino como parte de la revolución socialista internacional.