La causa palestina entre el statu quo de la intensificación de la opresión y el auge de la resistencia patriótica

Hasta ahora, en la tercera década del siglo XXI y los importantes acontecimientos y hechos que ha conllevado, especialmente en la región árabe, a la sombra del reaccionario ataque imperialista sionista contra el mundo árabe para consolidar la dominación colonial, dividirlo y perpetuar el statu quo de la opresión sobre sus pueblos, La Causa Palestina sigue ocupando la primera posición de los movimientos de liberación nacional y de clase a nivel mundial y el centro del movimiento de liberación árabe. En este camino y a la sombra del proyecto colonial sionista y como resultado directo del enfoque y comportamiento sumiso ha venido el proyecto de liquidar la causa palestina y, siguiendo y en conexión con eso, los actos criminales generales de la ocupación sionista contra el pueblo palestino que se han intensificado y profundizado en estos últimos años para que el pueblo palestino se levante luchando como una reacción revolucionaria a eso, indicando que la lucha patriótica revolucionaria y el enfoque de resistencia son los únicos caminos para Palestina hacia su liberación y la restauración de la tierra usurpada.

En los últimos dos años, el número de crímenes cometidos por los sionistas contra el pueblo palestino ha aumentado tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania. Esta criminalidad se ha plasmado en brutales atentados, asesinatos, desplazamientos, expulsiones, demolición de viviendas... como una clara puesta en práctica del proyecto de liquidación de la causa palestina. Esta persecución nacional, en sus diversos aspectos, ha tomado un patrón de escalada real desde mayo de 2021 en los acontecimientos del barrio de Sheikh Jarrah, ya que como resultado de la decisión de incautar las casas de las familias palestinas del barrio para asentar a los israelíes, han estallado feroces enfrentamientos entre los palestinos y las fuerzas de ocupación, lo que ha provocado la caída de varios mártires. Como resultado, el ritmo de los acontecimientos se ha intensificado a la luz de los enfrentamientos directos, concretamente tras la irrupción de las fuerzas del ejército sionista en la mezquita de Al-Aqsa, donde cayeron cientos de mártires. Posteriormente, el barrio de Sheikh Jarrah se ha convertido en un enfrentamiento militante del pueblo contra las fuerzas de ocupación, donde los acontecimientos se han desarrollado en enfrentamientos militares entre las fracciones de la resistencia y el ejército sionista que superaron los diez días. La respuesta popular revolucionaria al barrio de Sheikh Jarrah ha representado la reanudación de la lucha del pueblo palestino contra el proyecto de liquidación. En el camino de la continuidad de la lucha del pueblo palestino en sus diversos campos y la valiente resistencia del pueblo, el incidente del barrio Sheikh Jarrah ha sido seguido por el incidente del desierto de Negev a principios de 2022. En efecto, las casas de los campesinos de allí fueron destruidas y sus tierras fueron arrasadas y confiscadas. Ante ello, la respuesta de los agricultores, como manifestación de una resistencia popular unida, ha sido firme y sólida, y han dibujado un luminoso cuadro de lucha en la resistencia popular en su compromiso con su tierra. También ha coincidido con ese periodo la continuación de los desplazamientos en el barrio de Sheikh Jarrah, Nazaret, y la Franja de Gaza, a la sombra de los cuales el pueblo palestino ha seguido resistiendo y adhiriéndose a su tierra. El patrón de los acontecimientos ha continuado al mismo ritmo, ya que en el mes de abril, las fuerzas de ocupación sionistas irrumpieron en la mezquita de Al-Aqsa y atacaron a los fieles. Este ataque causó un gran número de heridos y se intercaló con feroces enfrentamientos entre los residentes de Jerusalén y las fuerzas sionistas represivas. Después de que la actividad criminal sionista se concentrara en Cisjordania, se trasladó a la Franja de Gaza. El pasado mes de agosto, la ocupación sionista lanzó una incursión militar en la Franja de Gaza, que se saldó con decenas de muertos, cientos de heridos y la destrucción de un gran número de viviendas, donde la respuesta de las fuerzas de la resistencia fue inmediata.

La intensificación de los ataques reaccionarios sionistas en este período en todos los aspectos y a todos los niveles, ha ido acompañada también de la escalada de la resistencia popular. Ésta se ha expandido por todos los pueblos y ciudades entre la Franja de Gaza y la Ribera Occidental. Últimamente se ha intensificado en la ciudad de Nablus, donde el pueblo palestino, de forma ascendente, se ha enfrentado directamente a las fuerzas de ocupación, de forma persistente y firme a pesar de la terrible opresión. Debido a la firmeza de la resistencia del pueblo, la ocupación ha impuesto recientemente un asedio a la ciudad de Nablus, pero a pesar del asedio, la lucha ha continuado en Nablus, lo que ha confundido al ejército sionista y ha llevado a la ocupación a relanzar sus brutales ataques contra el barrio de Sheikh Jarrah y varias ciudades y pueblos palestinos, y ha impuesto otro asedio al campo de Shuafat.

Mientras tanto, la entidad sionista israelí sigue encarcelando ilegal y arbitrariamente a miles de prisioneros, entre ellos mujeres y niños, en condiciones inhumanas en las que pasan años y años sin ser juzgados sufriendo las peores formas de tortura.

Frente a todas las formas de opresión y represión, la resistencia patriótica demuestra una vez más su militancia en su generalización y escalada en todas las ciudades y pueblos de Cisjordania y en la Franja de Gaza y la Diáspora, subrayando que el enfoque de la resistencia patriótica es la única vía revolucionaria para liberar Palestina y la realización de la victoria de su pueblo en lucha.

Por otro lado, se agrava la crisis económica y sus repercusiones sociales. Como producto de la política económica a la que se ha dedicado la reaccionaria Autoridad Palestina, al servicio de los intereses de la burguesía compradora, cuyos intereses están orgánicamente ligados a la ocupación sionista y a la burguesía sionista, no ha dejado más que la pobreza extrema y la crisis social en sus diversos aspectos. El fuerte aumento de los precios y la escasez de productos de consumo básico con bajos salarios hacen que las condiciones de vida sean difíciles para la mayoría del pueblo palestino en Cisjordania. Además, esta política económica, que en parte se dedicó al planteamiento de importar productos agrícolas del extranjero, contribuyó a perjudicar a los agricultores palestinos y a imponerles dificultades en la comercialización de sus productos ante la incapacidad de la Autoridad de apoyar a los agricultores en la producción y comercialización del producto. Esta política económica en el ámbito agrícola está orgánicamente vinculada a la política de la ocupación que tiene como objetivo el desplazamiento de los agricultores y la confiscación de sus tierras. Frente a esta política económica en todos sus ámbitos y sus catastróficos legados, los obreros, empleados y agricultores están llevando a cabo una lucha social cada vez más intensa que exige el aumento de los salarios, la reducción de los precios, la imposición de un sistema fiscal justo y la ruptura con la política económica que sirve a los intereses del Estado sionista y la construcción de una economía productiva basada en la revitalización y el desarrollo de los sectores industrial y agrícola.

Tras los desarrollos y cambios, la causa nacional palestina ha entrado y retomado otra fase caracterizada por la bancarrota política de la vía de la rendición de Oslo del llamado proceso de paz y el ascenso de la lucha revolucionaria contra el proyecto de liquidar la causa palestina en el retorno del enfoque de la resistencia patriótica. Esto se confirma con la realidad actual de que a través de la resistencia patriótica se consiguen victorias y que las soluciones de rendición sólo conducen al camino de la liquidación de la causa palestina y a la ocupación integral y completa de los colonos sionistas. También confirma la validez de la solución de un estado, no la de dos estados, ya que el objetivo de la ocupación sionista es ocupar toda la tierra de Palestina. No hay otra alternativa ni camino hacia ello que la lucha patriótica revolucionaria por la completa derrota del colonialismo de colonos y la liberación de toda la tierra de Palestina.

Incluso el acuerdo de Argel que se firmó hace unos días entre Fatah y Hamás, las dos principales fracciones de la derecha, no refleja realmente la nueva realidad y no incluye las prioridades del pueblo palestino oprimido y reprimido, por lo que los palestinos lo descuidaron y las noticias de la resistencia y los mártires de Alquds y Naplouse reinaban mientras los palestinos enterraban todas las ilusiones sobre la autoridad y Hamás y su división.

El escenario que se forma hoy en el retorno de la resistencia y su firmeza y su extensión por toda la tierra de Palestina, acompañada por la lucha continua de los campesinos y la lucha social de la clase obrera y los asalariados en general, requiere su organización y unidad militante en la resistencia patriótica popular integral, y poner fin al estado de división, adoptando el enfoque de la lucha patriótica revolucionaria sobre la base de un programa militante patriótico que incluya a todos los partidos revolucionarios patrióticos y a las fuerzas de resistencia patriótica rompiendo con el enfoque de Oslo, hacia la formación del Frente Patriótico de Resistencia que reúna a todas estas facciones patrióticas. También es necesario contra el fantoche de la Autoridad Palestina y su servicio a los proyectos de la ocupación sionista y su criminalidad contra el pueblo palestino, volver a formar y reestructurar la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) sobre la base de la resistencia en una ruptura con la autoridad existente y todos los que caminan alrededor de ella y avanzar hacia la disolución de la Autoridad de Oslo y la retirada del reconocimiento mutuo con el Estado de ocupación sionista y la declaración del retorno a un gobierno palestino en el exilio, el Gobierno de Liberación de Palestina. Estos objetivos intermedios en la marcha de la lucha hacia su consecución contribuyen a poner fin al pasado encadenado y al camino de arraigo de la resistencia patriótica y de la lucha patriótica revolucionaria desde sus diversas dimensiones hacia el fin integral de la ocupación sionista, la liberación integral de Palestina y la construcción del único Estado patriótico palestino.

La heroica lucha del pueblo palestino está logrando resultados muy importantes, pero no es suficiente, por lo que la solidaridad internacional es de suma importancia, por lo que la iniciativa de la ICOR es organizar un día de solidaridad internacional con Palestina y los presos palestinos el 26 de noviembre, junto con el Día Internacional de Solidaridad con Palestina el 28 de noviembre, para intensificar la solidaridad internacional y coordinar los esfuerzos y la presión para poner la causa palestina en la vanguardia de nuestra lucha revolucionaria.