Cambios recientes en la legislación represiva
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A partir del 1 de diciembre entrará en vigor una nueva ley represiva, denominada Ley de Control de la Actividad de Personas Bajo Influencia Extranjera. Fue aprobada por la Duma Estatal en junio. En virtud de la nueva ley, cualquier persona reconocida por el Estado como "agente extranjero" será añadida a una lista oficial que incluirá no sólo su nombre, sino también su fecha de nacimiento y datos personales como su número de identificación fiscal. Además, se elabora otra lista con las personas "asociadas" a "agentes extranjeros". La definición de "agente extranjero" se ha modificado para incluir no sólo a las personas que han recibido fondos del extranjero, sino también a las que se consideran "bajo influencia extranjera". En otras palabras, puede ser cualquier persona, por el motivo que sea. Por ejemplo, aprender una lengua extranjera de un hablante nativo o asistir a una conferencia organizada por un país extranjero.
Cualquiera que sea considerado "agente extranjero" tiene prohibido trabajar para el gobierno, incluida la enseñanza y la organización de actos públicos, y debe utilizar un cartel especial que diga "SOY AGENTE EXTRANJERO" (en mayúsculas) cuando publique información. Hay una larga lista de restricciones. Resulta extraño que los "agentes extranjeros" no estén totalmente excluidos de las elecciones, pero que les resulte casi imposible presentar su candidatura o incluso inscribirse.
Está claro que la nueva ley va dirigida principalmente contra la oposición liberal, a la que el régimen de Putin considera su principal enemigo. Tampoco es un gran secreto que los liberales rusos siempre han mantenido estrechos vínculos con Europa y Estados Unidos. El régimen intenta estigmatizar a sus rivales políticos presentándolos como agentes de países occidentales que quieren "socavar" el Estado ruso. Para ello, aprovecha el sentimiento antioccidental generalizado entre las masas y activamente alimentado por la propaganda estatal.
La nueva ley también supone una amenaza directa para la izquierda rusa, que tiene numerosos vínculos y conexiones internacionales, especialmente con la izquierda europea. Por ejemplo, un conocido socialista democrático, Boris Kagarlitzky, es reconocido oficialmente como "agente extranjero". Estaba vinculado a la Fundación Rosa Luxemburg. Otras organizaciones de izquierda también podrían ser reconocidas como "agentes extranjeros" a discreción del Estado.