presentación del webinar ICOR sobre América Latina- 4/9/21
Las luchas de los pueblos en América Latina hoy
Vivimos en este período un nuevo auge de las luchas de la clase obrera y los pueblos del continente, enfrentando el agravamiento de la explotación de las oligarquías locales y el imperialismo, que quieren hacerles pagar los costos de la gran crisis económica capitalista-imperialista mundial potenciada por la pandemia del Covid-19.
A esta situación se suma la agudización de las contradicciones interimperialistas que se dan a nivel mundial y se expresan en la región, particularmente entre el imperialismo yanqui, superpotencia en declinación hoy, que busca frenar el gran avance del imperialismo chino.
El imperialismo yanqui que todavía es predominante por su peso económico-financiero, político y militar, ha reforzado el bloqueo a Cuba y también a Venezuela donde ha promovido permanentemente provocaciones y golpes de estado, como el que pudieron concretar por un breve lapso en Bolivia.
Ha impulsado también la instalación de gobiernos de derecha, neoliberales, para desplazar a los partidos que llevaron adelante gobiernos seudoprogresistas como el PT en Brasil, FA en Uruguay, el peronismo en Argentina, que recuperó el gobierno, la Concertación en Chile, Correa en Ecuador, el de Lugo en Paraguay, etc., que en general desarrollaron una política internacional de mayor acercamiento a sus rivales imperialistas, China, UE, Rusia.
Estos partidos que accedieron al gobierno apoyándose en las luchas populares, a partir de la crisis del 2001, se fueron desenmascarando ya que se limitaron a tomar medidas de contención social pero continuaron y profundizaron la explotación y la dependencia. Esto significó una experiencia fundamental para el desarrollo de la conciencia revolucionaria de los pueblos.
Del análisis de la situación y perspectivas para la región de CEPAL con datos a julio 2021:
‘’En un contexto mundial en que se agudizan las asimetrías económicas, sociales y ambientales, la pandemia llevó a que la economía de la región experimentara la mayor contracción del PIB desde 1900 (6,8%) y registrara el peor desempeño entre las regiones en desarrollo.
En el mediano plazo antes de la crisis, la región estaba prácticamente estancada. El crecimiento promedio fue de solo un 0,3% y el crecimiento por habitante fue negativo en el período 2014-2019. Este sexenio fue uno de los de menor crecimiento desde que hay registro, solo comparable con los que incluyen a la Primera Guerra Mundial o la Gran Depresión.
El crecimiento casi nulo antes de la crisis, unido a la contracción de 2020 y a la debilidad del Estado de bienestar y los sistemas de salud y protección social, se tradujeron en aumentos sin precedentes del desempleo, caídas de los ingresos e incrementos de la pobreza y la desigualdad que exacerbaron los problemas estructurales.
‘’Al 28 de junio de 2021, más de 1.260.000 personas habían muerto a causa de la enfermedad por coronavirus (COVID-19) en los países de América Latina y el Caribe, en lo que constituye la mayor crisis sanitaria de la historia reciente de la región. Esta cifra equivale al 32% del total mundial de fallecimientos, una proporción casi cuatro veces mayor que la de la población de la región en relación a la población mundial (8,4%). ‘’
Los procesos de lucha
Sobre esta base económica y social, de la crisis sanitaria por la pandemia, y con las particularidades de cada país se fueron gestando los actuales procesos de lucha en el continente, donde se destacaron las luchas populares en Chile, Colombia, Bolivia, Perú y Haití, que fueron detenidos parcialmente por la pandemia pero que fueron recuperando el ímpetu y con grandes sacrificios, en muchos casos de muertos y heridos en los enfrentamientos por la brutal represión policial y militar, han logrado en muchos casos coronar su lucha logrando reivindicaciones, frenando leyes o medidas económicas reaccionarias.
Sobre la base de las grandes luchas de masas se lograron desarrollar procesos políticos avanzados como la instalación de una Asamblea Constituyente plurinacional y paritaria en Chile, y por medio de las elecciones, la instauración de un gobierno de tipo popular en el Perú, gobierno encabezado por el maestro rural y sindicalista Pedro Castillo, que se viene abriendo paso ante las amenazas de golpe militar o institucional, con gran apoyo popular, particularmente en las zonas agrarias del país.
En Bolivia el pueblo resistió heroicamente el golpe y la dictadura fascista y logró una gran victoria popular en las elecciones que reinstaló el proceso popular liderado por Evo Morales y el MAS.
En este período se destacaron también las grandes movilizaciones de las mujeres, los trabajadores desocupados y la clase obrera en Argentina, que se unieron para derrotar en las elecciones al macrismo, pero a la vez seguir en las calles por sus reivindicaciones bajo el gobierno actual, y las luchas desarrolladas por la clase obrera y el pueblo en Brasil contra del gobierno militarizado de fascista Bolsonaro.
En Uruguay en los últimos meses se vienen desarrollando paros y movilizaciones muy importantes ante el ajuste y la rebaja de salarios y jubilaciones que impuso el gobierno de la coalición de la derecha y la ultraderecha instalado en marzo del 2020 y se lograron 800.000 firmas por el Referéndum contra la LUC, un paquete de leyes reaccionarias.
En estas condiciones y con las perspectivas económicas que si bien muestran cierto grado de rebote de las economías del continente al reanimarse la demanda de materias primas de los países imperialistas, hay un alto grado de incertidumbre todavía y seguramente está muy lejos de resolverse la grave situación de falta de trabajo, vivienda, tierra y de miseria de grandes masas en el continente y la profundización de la dependencia que generaron los sucesivos gobiernos durante décadas.
En estas nuevas condiciones objetivas y subjetivas, donde las clases dominantes y el imperialismo, particularmente los yanquis derrotados en Afganistán, van a tratar de parar por todos los medios los avances populares en el continente y al calor de las luchas sociales y político-electorales, se desarrolla el trabajo por la construcción y fortalecimiento de los partidos comunistas y revolucionarios y las herramientas de frente único.
Este salto organizativo es imprescindible para poder derrotar al oportunismo en el seno de los movimientos obreros y populares, y para que se puedan elevar las luchas actuales a niveles superiores, abriendo paso a las revoluciones democráticas, agrarias y antiimperialistas en marcha ininterrumpida al Socialismo, en cada país de acuerdo a sus particularidades.
Ricardo Cohen
Secretario General del PCR- U
