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LAS LECCIONES DE LA GRAN REVOLUCIÓN BOLCHEVIQUE, NUESTRA SAGRADA HERENCIA

PC/ML Partido Comunista (Marxista-Leninista) de Panamá, Contribución Nº A04 a la „discusión internacional en Internet sobre el significado de 100 años de Revolución de Octubre“, 7 de abril de 2017


por: Rosa Libertad

El siglo XX ha pasado a remarcarse como la centuria de la clase obrera y de sus grandes realizaciones camino a la emancipación social de toda la humanidad. Destacándose, de entre todas ellas, el triunfo de la estrategia insurrectiva del Partido Comunista (bolchevique) de Rusia y su adopción por la clase proletariada rusa, y la consiguiente toma del poder, y que este año conmemoramos su Primer Centenario. Aserto marxista, ya expuesto en 1847, sobre el rol del aspecto subjetivo revolucionario, la identificación del sujeto revolucionario la clase y su partido independiente y revolucionario. A  su impulso revolucionario, a su organización política independiente y a la autoforja de una conciencia de clase comunista el mundo pudo ser cambiado de base y aperturar en él toda una entera  nueva época en la Historia, la grandiosa época del imperialismo y de la revolución proletaria internacional.

Para que eso fuese factible, previamente la cadena de todo el sistema de  explotación y opresión  imperialista capitalista, debilitado en su conjunto por el desgaste y la crisis general generada por la primera carnicería mundial, debería ser ubicado y centralizadas todas las fuerzas y los esfuerzos de ruptura revolucionaria  en su eslabón más débil. Tarea que, no todos los partidos obreros europeos, sea de derecha sea su ala “izquierda”, aunque pertrechados con  la ciencia de la revolución, el Marxismo, y de la experiencia insurrectiva de los proletarios de la época del desarrollo pacífico del capitalismo, estuvieron a la altura que les demandaba la apertura de la situación revolucionaria general para tomar el poder y liquidar ya en ese entonces a todo el sistema capitalista imperialista, sólo el Partido bolchevique bajo el pensamiento-guía del leninismo supo sacar las enseñanzas necesarias y osar realizar la revolución  proletaria socialista e instaurar firmemente la Dictadura del Proletariado. ¡Bien has cumplido con tú tarea, viejo topo!

Ya no más la burguesía, terratenientes y reaccionarios de todos los colores sus aliados. Históricamente se han acabado. Desde esa trascendental fecha la clase obrera, sus aliados sociales y políticos, conquistaban y ejercían su derecho a gobernar, erigir su propio Estado y embarcase en la aventura de la construcción de una sociedad enteramente nueva, la socialista primera etapa del comunismo. Con bellas y esclarecedoras palabras Lenin, Líder del Partido Comunista (b) de Rusia y de las grandes masas trabajadoras de las ciudades y del campo, lo enunciará: “A partir de ahora comienza una nueva fase en la historia de Rusia. La tercera revolución Rusa será la cumbre de la victoria socialista“.

Y no sólo de Rusia, el mensaje leniniano voló allende los límites de la Europa y extendiese por los cinco continentes. Dado que la revolución socialista soviética, no sólo ha poseído un valor y un mensaje para el pueblo trabajador ruso, sino que posee un significado y ha portado un mensaje de redención social para todos los explotados y oprimidos bajo el cielo. Lo que se hizo en la Rusia ex-zarista, ese 7 de noviembre de 1917, podían hacerlo los proletarios, pueblos y naciones social y nacionalmente oprimidas y explotadas de todo el mundo fue la conclusión.

Que, desde ese 7 de noviembre de 1917, el socialismo, como nuevo sistema social, ya no era una anhelo insatisfecho o un ideal inalcanzable, sino una realidad construible, vivible y gozable.

Que los proletarios y pueblos oprimidos de cualquier rincón del planeta, para que se hiciese realidad la conquista de tal radiante futuro, sólo deberían osar levantarse, empuñar el fusil y construir el Nuevo poder, el poder  obrero-campesino, y esforzarse, sin escatimar sacrificios, en la edificación del socialismo.

Y así hicieron los trabajadores soviéticos, con la parte más consciente y revolucionaria de su núcleo dirigente, el Partido Comunista (b) de Rusia, bajo  sucesiva guía ideológica y política de Lenin y de Stalin,  quienes con plena conciencia y decisión, creatividad y heroísmo en poco más de 15 años llevaron a culmine su histórica tarea. Aún algo más, supieron derrotar las asechanza de las potencias imperialistas y, en ello, aplastar a la bestia nazifascista, coadyuvar al nacimiento de un nuevo y poderoso Campo Socialista Mundial y; aún más domeñar la potencia del núcleo atómico con la añadidura de sentar las bases técnico-científicas de la conquista del espacio exterior

La herencia, legada a nosotros sus discípulos, por los trabajadores soviéticos y líderes marxistas leninistas, consiste primordialmente en,                  

  • La necesidad  de existencia de un Partido Comunista, hoy se exige de nuevo tipo por diverso a los viejos pc’s degenerados en revisionistas después de su largo andar. Intransigentemente clasista, proletario, y consecuentemente revolucionario, de un PC ducho en la ciencia de la revolución, el Marxismo-Leninismo-Pensamiento de Mao Tse-tung; experimentado en la lucha contra el oportunismo de derecha y de “izquierda”; practique no formalmente la autocrítica, a la vez ejerza la crítica constructiva en el espíritu marxista-leninista-pm;
  • La urgencia en el reforzamiento de la unidad política comunista de la clase, a la vez en la construcción de la unidad de todas las clases revolucionarias, según la etapa de la revolución proletaria;
  • En la necesidad de que tal Partido Comunista se dote y prepare, aún en tiempo de “paz civil”, de una milicia proletaria y de un ejército popular revolucionario

Hoy, con la disolución de la URSS  y desintegración del Campo Socialista Mundial,  hemos sufrido pesada derrota. Pero, ella es temporal. Pues, hoy se extiende un gran desorden bajo los cielos. Ello es bueno. La lucha de clases se aspereza, la bandera roja vuelve a erguirse y flamea con fuerza. Si tenemos confianza en nosotros mismos y guardamos las lecciones de Octubre ¡El radiante futuro es nuestro!

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