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Resistencia contra la dictadura de Erdogan

Resolución de la 3a Conferencia Mundial de la ICOR, Noviembre de 2017

 

Tras las elecciones del 7 de junio de 2015 y el éxito del HDP, por lo cual el partido AKP ha perdido su mayoría de partido único, Erdogan declaró nulos los resultados de la elección e inició una guerra sucia con la masacre de Suruç. En el 2016 la lucha interna por el poder entre las dos dominantes camarillas políticas islamistas se agudizó y fracasó el intento golpista, lo que Erdogan luego calificó como "voluntad de dios". Con ello vio la posibilidad de un "incendio del Reichstag" para asegurar el futuro del gobierno de AKP y resolver la crisis del régimen.

Al detener los presidentes del HDP, Figen Yüksekdağ y Selahattin Demirtaş, y otros diputados del HDP, al igual que realizar el referendum del 16 de abril, Erdogan estableció el sistema de la presidencia partidaria anhelado durante mucho tiempo. Actualmente vivimos la política de un golpe fascista "civil" a fin de ganar las elecciones presidenciales en 2019.

Amenaza a los obreros que alzan la bandera del honor y de la libertad por una nueva vida. Aplica la tortura, hace desaparecer a la gente, asesina y se apoya en los mayores enemigos no sólo de Kurdistán del Norte y de Turquía, sino de toda la región. La dictadura intenta impedir que los obreros entren en huelga, los campesinos luchen contra la destrucción del medio ambiente, los estudiantes propugnen universidades democráticas autónomas, los periodistas apliquen el derecho a la libertad de opinión y prensa, los alevites ejerzan su religión, las comunidades nacionales vivan su propia identidad, las mujeres erijan barricadas contra la violencia de los hombres, y que el pueblo kurdo obtenga educación en su lengua materna. La dictadura teme el espíritu del movimiento de Gezi, la resistencia del 6 al 8 de octubre y la victoria electoral del HDP del 7 de junio, y de igual manera la resistencia del pueblo kurdo en Cizre, Sur, Nusaybin y Sirnak. Teme la fuerza de la libre voluntad y la resistencia unida que crece en Rojava, Siria, Turquía y el Oriente Medio.

También en el 2o año del golpe de palacio fascista, estado de sitio y a pesar de los decretos de emergencia "KHK", los obreros y oprimidos no se callan. La rebelión de las mujeres contra la ley destinada a legalizar la cultura casera de la violación, asestó un golpe a la dictadura. Las fuerzas de vanguardia que han nacido en el seno de las masas, continúan desafiando al fascismo. No es posible aplastar a la guerrilla y los milicias y ellos constituyen una pesadilla para los militares fascistas y colonialistas. La rabia y decisión de lucha de las masas arrincona más al régimen fascista. Ellos no conocen otra salida que la tortura de los habitantes en los pueblos y su bombardeo por drones no tripulados, la imposición del toque de queda más largo de la historia, la quema de los bosques y la guerra psicológica basada en mentiras.

Se prohíbe la solidaridad con Nuriye Gülmen y Semih Özakça, dos obreros que han entrado en huelga de hambre e incluso mencionar sus nombres. Se establecen trabas físicas contra las vigilias de los diputados del HDP por la justicia, para impedir a los oprimidos y obreros a que participen. Se detiene a hombres y mujeres en las calles y en sus casas, por el solo hecho de quieren la paz en el país. Éstos son ejemplos del desmoronamiento político y moral de la dictadura. Miles de obreros se resisten. Fueron despedidos sólo por ser kurdos, socialistas, alevites o simplemente adversarios de Erdogan.

Si bien no fue posible romper el aislamiento físico, es así que todos los planes de desorganización y del cerco ideológico del pasado fueron desbaratados. Ahora, el régimen fascista intenta de nuevo imponer prohibiciones y medidas en las cárceles. Crueldades y torturas sistemáticas son medios de la opresión política y se introduce ropa unificada para los presos para crear un "Guantánamo". Al mismo tiempo este plan incluye mucho de lo que no pudo lograr la dictadura fascista con sus ataques del 19 de diciembre del 2001 y con la introducción de cárceles del tipo F.

Estos ejemplos y situaciones demuestran la posibilidad y fuerzas de la lucha para organizar una resistencia más grande. La junta del palacio y sus bandidos están arrinconados. No hay razón a difundir una falta de esperanza objetiva o subjetiva bajo la presión de la guerra psicológica y la dictadura fascista, colonialista. Las confrontaciones futuras exigen una gran disposición al sacrificio, un correspondiente espíritu consistente creador y orientado a la unión antifascista, y una actitud política de todos los trabajadores, partidos, grupos, círculos trabajadores de izquierda para formarse propiamente y trabajar a movilizar la energía de nuestro pueblo.

Es la hora para una lucha unida, antifascista en las calles. Hoy en día, la solidaridad internacional es más urgente que nunca. Las fuerzas antifascistas, democráticas y revolucionarias del mundo no pueden más callarse frente a las maniobras del fascismo del AKP.

El ICOR expresa su solidaridad con los presos revolucionarios y políticos, académicos, periodistas, maestros, mujeres, estudiantes, intelectuales y escritores en las cárceles turcas y convoca a amplias acciones de solidaridad delante de las embajadas turcas, a faxes de protesta al gobierno turco y a cartas de solidaridad a los presos, contra la introducción de ropa única para los presos.

La 3a Conferencia Mundial de la ICOR expresa su solidaridad con la lucha de los pueblos y las fuerzas revolucionarias en Turquía y Kurdistán. La ICOR convoca a todos sus afiliados a apoyar esas luchas.

¡Solidaridad con la clase obrera y las masas oprimidas de Turquía y Kurdistán!

¡Solidaridad con las mujeres y jóvenes, donde sea que están luchando contra la dictadura fascista!

¡Solidaridad con la resistencia del poder popular democrático en Turquía y en todas partes de Kurdistán!

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