SOBRE LA ALIANZA PUBLICA PRIVADA DE HC CARTES
En Ultima Hora del domingo 2 de marzo hay una serie de artículos, que tienen relación con las siguientes opiniones.
El tema de la Alianza Pública Privada debe ser analizado desde el punto de vista de los recursos de que dispone la nación, ya que es el Estado el que plantea la implementación de la ley aprobada.
Los más importantes recursos, como es sabido, provienen de las hidroeléctricas, que debido a los tratados antinacionales firmados con el Crasil y la Argentina en su momento y contra los cuales ningún gobierno ha hecho nada, son lesivos para la soberanía del Paraguay. Como puede observarse que sólo se utiliza una pequeña fracción –con muchas dificultades- que se recibe en dinero y prácticamente nada para la electrificación del país, para el surgimiento de nuevas empresas de capital nacional. Se ha hecho todo lo posible desde los centros financieros para que el Paraguay no pueda disponer de recursos para incentivar la producción con energía propia.
De la producción agrícola nacional y del fortalecimiento de las industrias nacionales deberían salir los recursos que se necesitan para que hayan recursos privados para las inversione, para el desarrollo. Los recursos de que dispone el Estado en la actualidad no son suficientes para promover la mal llamada APP.
Parqa esto basta con observar que lo que busca el sector privado de la APP no es para producir, sino para hacer verdaderos empréstitos internos que el Estado deberá pagar muy pronto. Estos empréstitos son bien conocidos: Bonos soberanos, y otros, hechos por financistas, usureros locales: todo el grupo Rodríguez, Bogarín, Stroessner, etc. y también capitales externos disfrazados a través de los bancos para estos préstamos.No hay producción, por eso el dinero va a parar a otra cosa, la usura.
SE plantea que la APP apoye la construcción de dos carreteras (para sacar los productos de los grandes arrendatarios, paraguayos, brasileros, norteamericanos y argentinos), mejoramiento de aeropuertos (para beneficiar a grandes constructores internacionales experimentados con tecnología carísima) y construcción de redes de desagües pluviales y cloacales (de lo que se aprovecharan grandes empresas extranjeras: Degrémont –Wasmossy y otras norteamericanas y alemanas). No se plantea otra cosa por ahora.
Como el Estado no tiene recursos, porque los fondos que recibe provenientes de Itaipú y de Yacyreta apenas alcanzan para cubrir el presupuesto nacional, (Sueldos, gastos del Estado en su mayor parte, para el pago de deudas internas y externas, vencidas con constructores, farmacéuticas disfrazados de “ayudas” a municipalidades, campesinos sobornados, etc.) Son deudas a contraer, parecidas a las que se solicitan a los Privados, ahora disfrazadas por el interés particular de HC y socios. Hasta se hacen licitaciones (ruletas) para ver quién proveerá el dinero al Estado en usura.
El RESTO de los pedidos de la APP lo tiene que poner el Estado y lo busca con los grandes bancos interesados en colocar el capital financiero (imperialismo), en préstamos al Estado, a la vez que para estimular la producción para sus propios capitales, para que puedan regresar indemnes a sus arcas D+D, (fórmula del capital desarrollado que contiene la plusvalía, dinero más ganancia) (Empresarios de la soja maíz, etc. que son de corporaciones financieras descomunales: Bunge & Born, Nidera, Dreyfus, Continental Grains, Cargill, etc. La mayoría tiene oficinas en Asunción, y fábricas de aceite, acopios gigantescos y flotas marítimas de transporte).
Resúmen:
La APP beneficia en lo fundamental a usureros internacionales y nacionales, el Estado nacional se debilita cada vez más y no puede impulsar verdaderas inversiones en la producción, las que se hacen, sirven a brasileros, argentinos y a “dueños” de 25 empresas de contrabandistas y evasores al por mayor.
La experiencia histórica de los gobiernos del período independiente demuestra que lo que falta es fortalecer la producción nacional. Su fuerza princuipal e inmediata radica en TODO el campesinado, dispuesto a trabajar de imediato. Esto no puede suceder mientras exista la producción sobre la base del gran latifundio.
En segundo lugar (porque si no existiera el latifundio, la dominación extranjera difícilmente sobreviviría). Los préstamos internacionales, TODOS ellos, en las condiciones actuales son antinacionales, porque el Paraguay, para recibirlos, pone en garantía a la Nación que deberá devolverlos, paso a paso, irremisiblemente, ¡mucho antes de los actuales vencimientos, porque hay otros anteriores ya vencidos! El país está hipotecado sin solución de continuidad. No hay “burbuja” posible. Sólo queda un camino conocido, que es la revolución democrática de liberación nacional.